Ayer, martes 22 de noviembre, se jugó en el Maracana el partido de Argentina y Brasil. La selección Argentina ganó con un marcador de 1-0, gracias al gol de Otamendi, rompiendo así el histórico invicto de la selección brasileña en su propio terreno durante las Eliminatorias. Sin embargo, el partido comenzó con un retraso de treinta minutos debido a serios disturbios y una fuerte represión policial hacia los aficionados argentinos en las gradas.
La serie de eventos refleja la violencia experimentada por los seguidores argentinos en el estadio Maracaná. Ya sean residentes o turistas, más de 3000 fanáticos del equipo campeón del mundo acudieron al emblemático recinto para presenciar el partido de Argentina o La Scaloneta contra Brasil. Sin embargo, esta visita se convirtió en una continuación de la brutalidad que sufrieron los seguidores de Boca durante la final de la Copa Libertadores.
El enfrentamiento por las Eliminatorias Sudamericanas apenas había comenzado con la interpretación de los himnos nacionales cuando, tras un intercambio de lugares entre una parte mayoritaria de los espectadores locales y un grupo de visitantes, la policía intervino, focalizándose únicamente en los hinchas vestidos con la camiseta de Argentina y utilizando una brutalidad impactante. La situación fue tan alarmante que el equipo argentino intervino: primero, acercándose al lugar para calmar la situación y pedir a las fuerzas policiales que detuvieran el hostigamiento; luego, liderados por el capitán, Lionel Messi, decidieron abandonar el campo en señal de protesta: “Nos vamos”, fue el gesto que hizo.
En medio del caos, dos personas tuvieron que ser sacadas en camilla, uno de ellos con la cabeza ensangrentada. En un video se observa cómo uno de los agentes, armado con un bastón largo, atacó al grupo propinando múltiples golpes. Dos agentes más se unieron a esta conducta agresiva como respaldo al primero.
En realidad, el estadio Maracaná había mostrado indicios de que la tensión estaba en un nivel preocupante. En primer lugar, lo sucedido con los seguidores de Boca Juniors apenas unas semanas atrás debería haber sido una advertencia clara, pero lamentablemente no se tomaron medidas al respecto. Además, en varios sectores del recinto, los espectadores estaban mezclados, lo que representaba un peligro latente.
Además, poco más de una hora antes del horario programado para el partido (que finalmente comenzó cerca de las 22 horas), se produjeron algunos altercados que, aunque fueron rápidamente controlados, anticipaban lo que más tarde sucedería. Estos incidentes previos deberían haber alertado sobre la posibilidad de que se desencadenara un problema mayor durante el encuentro.
Todo comenzó cuando un hincha brasileño intentó desplegar una bandera de gran tamaño con la inscripción “núcleo” en una sección donde había una gran cantidad de seguidores argentinos. Durante la discusión y los empujones que surgieron, uno de los hinchas argentinos colocó una camiseta sobre la bandera, cubriéndola, lo que intensificó las hostilidades. La seguridad intervino pacíficamente después de las discusiones y parecía que los problemas se habían calmado. Sin embargo, un espectador local apareció desde atrás y golpeó a uno de los visitantes. Aunque fue sacado del estadio, este incidente sembró la semilla de la violencia, que rápidamente se propagó.
El partido y los resultados:
¡Otro memorable triunfo para la selección Argentina! En un partido disputado en el icónico estadio Maracaná, el mismo lugar donde se consagró en la Copa América 2021, Argentina logró una victoria por 1-0 con un gol de Nicolás Otamendi. Este resultado significó la primera derrota de Brasil como local en las Eliminatorias y rompió su histórico invicto. Con estos tres puntos, la Scaloneta se posiciona en el primer lugar de la tabla en el camino hacia el Mundial 2026, acumulando 15 unidades, mientras que Brasil se encuentra en sexto lugar, al límite de la zona de repechaje.
En cuanto a Brasil, tuvo las dos oportunidades más claras durante el partido: un tiro libre ejecutado por Raphinha y un disparo de Gabriel Martinelli, este último fue detenido por el defensor Cuti Romero justo en la línea de gol. Al inicio del segundo tiempo, volvieron a generar peligro con más intentos de disparos por parte de ambos delanteros, siendo uno de ellos atajado de manera brillante por el arquero Dibu.
En contraste, Argentina tuvo escasas ocasiones de acercarse al arco defendido por Alisson. Sin embargo, logró capitalizar su oportunidad más peligrosa: Nicolás Otamendi conectó de cabeza tras un córner y así abrió el marcador a favor de la Selección Argentina en el estadio Maracaná.
Argentina resistió durante el resto del partido, y para añadir más dificultades a Brasil, el equipo anfitrión se quedó con un jugador menos debido a la expulsión de Joelinton. El delantero fue expulsado por agredir a Rodrigo De Paul a los 35 minutos de juego. Finalmente, la Albiceleste aseguró la victoria en medio de un ambiente intenso en el Maracaná. El equipo dirigido por Lionel Scaloni se recuperó, logrando otro triunfo histórico y cerrando el año 2023 como líder de las Eliminatorias camino al Mundial 2026.
Por otro lado, Brasil profundizó su crisis al sufrir su tercera derrota consecutiva, lo que lo relegó al sexto puesto en la tabla. Este contexto representa una situación sin precedentes, sumergiéndola en una etapa desafiante y complicada.