El chico de Entre Ríos ha alcanzado la misma cantidad de títulos que sus ídolos.
Mariano Werner experimentó un crecimiento repentino a los 19 años cuando asumió la responsabilidad del equipo de Fórmula Renault, anteriormente dirigido por su hermano mayor, Gabriel, quien falleció en un trágico accidente. A pesar de este trauma, Werner demostró una notable entereza y, con el apoyo de su padre José y el resto de su familia, logró sacar adelante la escudería.
Con el tiempo, se convirtió en uno de los pilotos más destacados de Argentina, acumulando siete títulos nacionales, incluyendo tres en el Turismo Carretera. Su reciente consagración el domingo pasado le permitió igualar la cantidad de títulos obtenidos por Roberto José Mouras y Oscar Roberto Castellano en esa categoría.
El trágico fallecimiento de Gabriel ocurrió en el Autódromo Oscar Cabalén de Alta Gracia, mientras trabajaba en una carrera de la Fórmula Renault Plus. Infló un neumático que estalló, causándole un impacto fatal en el rostro. Mariano fue la última persona con la que habló por teléfono, recibiendo palabras de ánimo y apoyo antes del accidente. Gabriel falleció a los 28 años, dejando un legado profundo en la familia y en el mundo del automovilismo.
Mariano, nacido el 31 de diciembre de 1988, procede de una familia dedicada al automovilismo. Desde su padre, José, quien siempre estuvo presente apoyando a sus hijos, hasta sus hermanas, quienes colaboraron y se hicieron cargo del equipo en la Fórmula Renault, todos contribuyeron al ascenso de Mariano en el automovilismo de circuito cerrado. Esto fue clave para su incursión en el Turismo Carretera (TC), logrando su primera victoria en 2009 en Paraná, una alegría compartida con sus seres queridos.
En su camino hacia el éxito, Mariano recibió valiosos consejos de Gabriel, los cuales le enseñaron la paciencia y la capacidad de aceptar la derrota. A pesar de sumar la mayor cantidad de puntos en la Copa de Oro del TC en 2010, su falta de victorias lo privó del campeonato, que terminó en manos de Agustín Canapino. En la definición de 2016, en medio de una intensa lucha, un incidente con Matías Rossi resultó en una suspensión de seis meses para Mariano debido a una maniobra considerada fuera de reglamento.
A lo largo de los años, Mariano experimentó un cambio significativo y fundamental en su vida: su propia familia. Su esposa, Micaela, y sus hijos, Salvador y Rafael, se convirtieron en pilares fundamentales que lo fortalecieron tanto en su vida deportiva como personal. Después de obtener el bicampeonato en la Fórmula Renault en 2006 y 2007, su primer título en automovilismo de turismo llegó en 2017 en la Clase 3 del Turismo Nacional.
Mariano comenta que cada año se vuelve más desafiante debido a la competencia entre rivales y equipos. A pesar de tener una ventaja de 40 puntos, reconoce sentir la presión porque pueden ocurrir situaciones imprevistas. Destaca la importancia de contar con un equipo sólido, como el Fadel Memo Corse Racing, donde los mecánicos desempeñan un papel crucial, así como los motores provistos por Rody Agut. Reconoce el esfuerzo conjunto de todo el equipo de trabajo, mencionando específicamente a Marcelo Occhionero por la ayuda brindada en un momento crítico para el país. Agradece a todos ellos por su contribución, ya que les atribuye el logro del nuevo campeonato.
Mariano hace enfasis en la enorme ayuda que recibió de su hermano Gabriel, a quien admiraba enormemente por sus habilidades como profesional y mecánico, así como por su liderazgo; estar presente en todos los detalles.
Para Mariano no siempre todo fue fácil, experimentó fracasos en múltiples ocasiones, pero decidió persistir y destaca la importancia de rodearse de personas influyentes, incluyendo mecánicos, patrocinadores y aquellos que brindan consejos y apoyo detrás de escena.