Gracias a la tecnología, el sector rural vivió la fiebre mundialista realizando plantaciones de maíz donde se ve la cara de Messi en varias provincias.
La victoria de la Selección argentina en Qatar logró despertar muchas emociones y atravesó a todas las industrias del país. Entre ellas, al sector agropecuario, que mostró que su fanatismo por Lionel Messi no tiene límites. Tal es así que un grupo de productores sembró maíz con la forma de la cara del capitán del equipo.
Todo comenzó con la iniciativa de Carlos Faricelli, un ingeniero agrónomo cordobés, experto en agricultura de precisión, que comenzó sembrando la cara del astro. Al día de hoy, hay más de 20 productores que se unieron para expresar esta ferviente pasión desde la localidad de General Villegas, provincia de Buenos Aires, hasta el norte de Santa Fe, en las proximidades de Rosario, pasando por Córdoba, Salta y Tucumán.
Faricelli, junto con su equipo de trabajo, procedieron con el armado de la cara de Messi a través de la configuración de la sembradora para que hiciera su recorrido dejando las semillas en ciertos puntos exactos para alcanzar los rasgos faciales del jugador.
Se utilizó un programa especial llamado FieldView que le permitió elegir en qué zonas la siembra era más fuerte y en cuáles no, con el fin de obtener un buen contraste facial.
Fue una iniciativa que se viralizó a través de las redes sociales gracias a la pregunta del ingeniero de Río Cuarto: “¿Quiénes se suman?”. Al instante, le respondieron varios interesados y se gestionó el equipo.
Más allá de la derrota contra Arabia Saudita, “lo que me sorprendió es que después me pidieron más. La gente estaba mal, pero tenía fe y el sábado, antes del partido con México, alcanzamos los diez lotes y antes de la final ya contabilizamos 18″, aseguró Charly.
Algunos de los productores que participaron de la idea fueron el hermano de Pablo Aimar, integrante del cuerpo técnico de la Selección, Nicolás Ríos Centeno, responsable de producción agrícola.
Éste último destacó que hay rasgos de la cara que necesitaron 20 mil semillas por hectárea. Por lo tanto, sumarse a la movida le implicó un costo de USD 470 al sembrar 3,5 hectáreas.
Sin embargo, destacó que “darle una alegría a quienes puedan verlo desde el cielo compensa los gastos”.
Haber combinado la física y la matemática hizo que las sembradoras hiciesen su trabajo para que, cuando el maíz creciera, se pudiera ver la cara del 10 desde un avión, dron o satélite.
Además de haber ideado una obra de arte fuera de lo común, desde la agricultura se buscaron cumplir varios objetivos que tuvieron que ver con que su trabajo se hiciera más popular y que, obviamente, llegue a los ojos del seleccionado nacional.
Gracias a la tecnología actual, parte del sector rural vivió la fiebre mundialista realizando plantaciones de maíz que hoy día dieron sus frutos, ya que podemos admirar la cara de Lionel en varias provincias del país.
