Es australiano vino a Argentina por 5 días y se terminó quedando por 10 años

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Daniel Crook, un australiano de 41 años originario de Tamworth, una localidad situada entre Brisbane y Sídney en la costa este de Australia, llegó a Argentina en 2013 con la intención de quedarse solo dos días. Sin embargo, esos dos días se convirtieron en una estadía de más de una década, durante la cual Daniel ha construido una vida plena en el país sudamericano. 

EL AUSTRALIANO QUE AMA ARGENTINA

La travesía de Daniel hacia Argentina comenzó como parte de un viaje más amplio por América Latina junto a un amigo que trabajaba en una aerolínea y contaba con descuentos significativos en pasajes. Visitaron países como Colombia, Brasil y México. Antes de regresar a Australia, Daniel propuso una breve parada en Buenos Aires. Lo que inicialmente sería una visita de dos días se transformó en una decisión de quedarse indefinidamente. 

Una de las razones que influyó en su decisión de permanecer en Argentina fue el encuentro con una joven cordobesa que lo cautivó. Aunque la relación fue breve, durante ese tiempo Daniel encontró una oportunidad laboral en un instituto de inglés en Córdoba. A pesar de que el salario era considerablemente menor que en Australia —lo que ganaba en un mes en Argentina equivalía a un día de trabajo en su país natal—, la experiencia de enseñar inglés a adolescentes de 14 años y la felicidad que sentía en Argentina lo motivaron a aceptar el puesto. 

El australiano disfrutando de Argentina.

Daniel destaca la facilidad con la que estableció amistades profundas en Argentina, algo que contrasta con su experiencia en Australia, donde formar vínculos sólidos puede llevar décadas. Se sorprendió gratamente por la espontaneidad y calidez de los argentinos, quienes, según él, no necesitan planificar con antelación y son muy familiares y solidarios. Estas características culturales lo hicieron sentir bienvenido y le facilitaron la adaptación. 

La gastronomía argentina también jugó un papel importante en su enamoramiento del país. Daniel se maravilló con el asado argentino, una experiencia que describió como incomparable. En Australia, el asado suele consistir en un pequeño chorizo, mientras que en Argentina descubrió una variedad de cortes y preparaciones que lo fascinaron. Además, incorporó el mate a su rutina diaria, adoptando esta tradición local como propia. 

A lo largo de los años, el australiano no solo se dedicó a la enseñanza del inglés, sino que también emprendió proyectos que reflejan su pasión y creatividad. Fundó una escuela de inglés en línea que cuenta con más de 400 alumnos y 40 profesores de diversas partes del mundo. Además, incursionó en la música, formando parte de una banda de rock, y se convirtió en una figura influyente en las redes sociales, compartiendo su perspectiva como extranjero en Argentina con más de 100.000 seguidores en Instagram. 

El australiano disfrutando de Argentina.

Daniel valora la imprevisibilidad de la vida en Argentina, una característica que encuentra emocionante en contraste con la previsibilidad que experimentaba en Australia. Aunque enfrenta desafíos y frustraciones, como las largas filas en los cajeros automáticos, aprecia la autenticidad y calidez de las personas en Argentina. Para él, vivir en Argentina le permite ser auténtico y libre, disfrutando de una vida llena de sorpresas y conexiones humanas genuinas. 

La historia de Daniel Crook es un testimonio de cómo una breve visita puede transformarse en una vida llena de nuevas experiencias, aprendizajes y crecimiento personal. Su capacidad de adaptación, apertura a nuevas culturas y valentía para seguir su intuición lo llevaron a encontrar en Argentina un hogar lejos de su tierra natal. Su relato inspira a otros a abrazar lo desconocido y a descubrir las oportunidades que el mundo tiene para ofrecer.

El australiano disfrutando de Argentina.

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