La pizza argentina es la segunda mejor del mundo, luego de la italiana

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La pizza es uno de los platos más populares y amados en todo el mundo, pero en Argentina, especialmente en Buenos Aires, la pizza tiene un lugar especial en el corazón de sus habitantes. A menudo se dice que la pizza argentina es la segunda mejor del mundo, solo superada por la italiana, y no es difícil entender por qué. Con una rica tradición de inmigración italiana que moldeó su cultura y gastronomía, Argentina ha logrado crear su propio estilo de pizza que ha enamorado a generaciones de comensales.

La historia de la pizza en Argentina comienza a fines del siglo XIX y principios del XX, con la llegada masiva de inmigrantes italianos, en su mayoría provenientes de Nápoles y Génova. Estos inmigrantes trajeron consigo sus recetas y costumbres, incluyendo la elaboración de pizzas, un alimento sencillo pero lleno de sabor que rápidamente se popularizó en Buenos Aires. Sin embargo, a medida que la pizza fue ganando adeptos, comenzó a sufrir una transformación, adaptándose a los gustos locales y a los ingredientes disponibles.

A diferencia de la tradicional italiana, que tiende a ser más fina y con una cantidad moderada de ingredientes, la argentina se caracteriza por su masa esponjosa, generosa cantidad de queso y sabores intensos. Este estilo particular se desarrolló principalmente en Buenos Aires, donde se asentaron la mayoría de los inmigrantes italianos, pero rápidamente se extendió a todo el país, convirtiéndose en un ícono de la gastronomía argentina.

COMO ES LA PIZZA ARGENTINA

La argentina tiene varias características que la hacen única y diferente de la versión italiana. Uno de los aspectos más distintivos es la abundante capa de queso. La variedad de queso preferida en Argentina es la muzarella, que se funde perfectamente y crea una textura cremosa y deliciosa. De hecho, en algunas pizzerías tradicionales de Buenos Aires, la cantidad de queso es tan generosa que puede llegar a escurrirse por los bordes de la pizza, algo que los argentinos consideran un signo de calidad.

Otra característica notable es la masa gruesa y esponjosa, especialmente en la versión conocida como “pizza al molde”. Esta se cocina en moldes profundos, lo que le da una textura suave y esponjosa en la base, pero con un toque crujiente en los bordes. Este tipo de masa contrasta con la fina y crocante base que se encuentra en muchas italianas, pero se ha convertido en la favorita de muchos argentinos que buscan un bocado sustancioso y lleno de sabor.

Además, la argentina suele tener ingredientes intensos y variados. Las combinaciones clásicas incluyen la de fugazzeta, una deliciosa opción que mezcla cebolla, queso y orégano; la napolitana, con rodajas de tomate fresco y ajo, y la popular pizza de jamón y morrones, que añade un toque salado y ligeramente dulce con el pimiento rojo.

En Argentina, la no es solo un alimento, es un ritual social. Las pizzerías tradicionales, especialmente en Buenos Aires, como Guerrin, El Cuartito o Las Cuartetas, son lugares donde familias, amigos y colegas se reúnen para disfrutar de una buena y compartir un momento de camaradería. Es común que las pizzerías estén siempre llenas, con una atmósfera bulliciosa y alegre, en la que la conversación y la comida se mezclan de manera natural.

Este enfoque social también se refleja en la tradición con fainá, una peculiaridad argentina que sorprende a muchos extranjeros. La fainá es una especie de torta de garbanzos que se sirve como acompañamiento de la . En muchas pizzerías porteñas, es costumbre poner una porción de fainá encima de la , creando una combinación de texturas que resulta irresistible para muchos.

Aunque la pizza argentina se diferencia claramente de la italiana, hay una base común que une a ambas: la pasión por la buena comida. La pizza italiana, especialmente la napolitana, es conocida por su simplicidad y equilibrio de sabores. Se utiliza una masa fina con una fermentación cuidadosa, una capa ligera de salsa de tomate, mozzarella de búfala y albahaca fresca, cocida rápidamente en hornos de leña a altas temperaturas.

Por su parte, la pizza argentina apuesta por la abundancia y la generosidad en los ingredientes. Es una pizza que no teme ser excesiva en queso y en sabores, lo que la convierte en una experiencia sensorial única. Para muchos argentinos, esa abundancia es precisamente lo que hace especial a la pizza argentina y la razón por la que consideran que, después de la italiana, es la mejor del mundo.

La pizza en Argentina es un reflejo de la identidad cultural del país: una mezcla de tradiciones que se ha adaptado a las necesidades y gustos locales, creando algo nuevo y único. A pesar de las diferencias con la pizza italiana, la versión argentina ha ganado reconocimiento internacional por su sabor, su generosidad y su capacidad de reunir a la gente en torno a una mesa.

En resumen, la pizza argentina es mucho más que un plato; es una experiencia culinaria que mezcla historia, tradición y cultura. Y aunque siempre habrá debates sobre cuál es la mejor pizza del mundo, para muchos argentinos, la suya merece un lugar destacado junto a la italiana, no solo por su sabor, sino por el papel que juega en la vida cotidiana del país. Es un símbolo de cómo la inmigración y la adaptación cultural pueden crear algo auténtico y digno de orgullo nacional.

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